Dijo: ¿a quién quiero engañar?
Sentadas las dos, en una de las muchas terrazas que abundan cerca
del rio Guadalquivir; frente a la cuna
del arte. Se hacía de noche, y empezábamos
a notar la brisa fresca del verano.
Nuestra cita, no tenía otro objetivo que la intención de mi
amiga a desahogarse otra vez conmigo. Contarme sus dudas y sus confusiones
respecto a nuestra última charla.
¿Sabes lo malo amiga? Me dijo.
Es que no consigo olvidarme de él, es mi primer y último pensamiento del día.
Yo: ¡por qué! No comprendo.
Ella: no lo sé, por eso vengo a hablar contigo.
Yo: pero, si yo no tengo respuestas para ofrecerte y sé
menos que tú en el arte de amar…todo me salió mal…solo puedo escucharte y
prestarte mi hombro para apoyarte y un pañuelo para tus lágrimas.
En sus manos, llevaba una hoja escrita con su puño y letra. En
ella estaba este poema.
Enséñame a olvidar.
este dolor
del recuerdo,
de unos ojos tristes
y a la vez llenos de vida.
Enséñame a olvidar.
el sonido
de unos latidos acelerados
y a la vez quietos.
y a la vez quietos.
Enseña a mi corazón.
No me gusta,
estar confusa.
No me gusta,
el sentimiento de angustia.
No me gusta,
sentirme perdida.
No me gusta,
la sensación.
El reloj marca,
la hora.
El calendario,
La fecha.
mi corazón,
un sentimiento que
no me deja vivir.
Enséñame a recordar.
Respirar,
sin sus recuerdos.
Por mucho que lo intento no lo consigo amiga mía, hay algo
superior a mí que me lo impide así que ayúdame a olvidar.
KheCrea © 2013