En el andén número 24,
comenzó preguntando a todo ser viviente que se cruzaba en su camino "¿Has
visto a un niño vestido con unas bermudas azules y una camiseta blanca?"
No obtuvo respuesta ninguna a su pregunta. No obstante, lo único
que provoco fue que los pasajeros de la estación pensaran que ella estaba loca.
A todo esto, el tren que transportaba a su amigo Abraham,
había llegado a la estación puntual y ella no estaba allí para recibirle.
Al final se
encontraba con dos problemas a la vez:
Primero la falta de
respuesta sobre el extraño niño quien la
iba a conducir a la tan ansiedad verdad para demostrar la leyenda.
Y segundo, la pérdida de la llegada de su amigo la cual llevaba meses esperando y organizando.
Desesperada, triste y con la mirada perdida en el horizonte.
Se sentó en uno de los bancos de la estación de tren justo enfrente de la
palmera que le señaló aquel niño que andaba buscando.
Con el simple deseo de la casualidad, la magia del momento o
el destino le trajeran respuestas a
tantas preguntas e hicieran desaparecer la angustia que le invadía por momentos.
Pasaron horas y ella seguía en la misma posición con la
sensación de incertidumbre, de repente una mano toco su hombro llamándola “Nour... "
El andén número 24…
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