lunes, 1 de julio de 2013

La curiosidad mato al gato

¡Me arrepiento!!! Me equivoqué…no debí hacerlo...pido perdón por ello.  Aunque, no tengo por costumbre arrepentirme nunca de lo que hago; porque siempre procuro no meterme en líos, cuido mucho con quien me relaciono y prefiero estar sola que mal acompañada para evitar los malos rollos. Simplemente huyo de los  conflictos.  

Eso sí, a veces me pasa que me guió por un sentimiento del momento o un pensamiento. Y esas cosas,  suelen darme dolores de cabeza.

Fue un pensamiento, me costó caro…y… vaya si me costó caro. Todavía,  no entiendo lo que me empujo a  hacer lo que hice, lo único que sé…que aquel gesto,  salió desde el  fondo de mi corazón…tal cual lo sentí, actué…Suelo actuar… Mi personalidad, tiene ese problema o virtud depende como se mire.

Sin embargo, no había forma de entrar…fue un caos total y rotundo. Abrí otra vez la misma puerta que no conduce a ningún lugar.

Una puerta blindada, a cal y canto. Ni la luz atraviesa sus múltiples ranuras, es complicado explicarlo.  Solo quería, ver otra vez la decoración que contiene…porque la pintan bonita por fuera y a mí me interesa el interior de las cosas.  

Así que, la curiosidad mato al gato