Es interesante ver cómo los emprendedores están cambiando sus
objetivos. Antes hablaban de la monetización, la escalabilidad y el largo
plazo. Pero últimamente parece que hablan más sobre construir empresas que
duren más, en hacer lo mejor para los clientes, y sobre trabajar “desde el
corazón”.
En otras palabras, lo que todos queremos es llegar a ser
felices, y tener éxito, poder o riqueza, pueden ser buenas herramientas, pero
no el objetivo como tal.
Entonces, ¿cómo llegamos a ser felices siendo
emprendedores? Aquí tenéis algunas ideas…
1. Rodéate de personas que te
hagan feliz
No hace falta que busques gente que se pase el día
sonriendo y dándote palmaditas en las espalda, pero sí que tienes que encontrar
personas que te inspiren, que trabajen duro y que te hagan sentir que formas
parte de un equipo. A menudo, cuando buscamos empleados nuevos, hacemos la “lista
del ascensor”: imagino que estoy atrapado con esa persona durante 2 o 3 horas.
¿Sería una situación rara? ¿interesante? ¿divertida? Si crees que sería
horrible e incómodo, entonces no contrates a esa persona. Cuando entro en la
oficina por la mañana y veo la gente con la que trabajo me siento como en casa,
y eso es en lo que debes esforzarte.
2. Deshazte de las personas que
te hagan infeliz
Construir un buen equipo es lo más difícil en el mundo. El
consejo más habitual es: construye un gran equipo y contrata solo a los
mejores. Eso está muy bien y todo el mundo está de acuerdo, pero ¿cómo lo
haces? La respuesta pasa por ser brutalmente honesto contigo mismo. Ya sabes
quien no está funcionando tan bien como esperabas, y quien no para de
sorprenderte con su visión y ambición. Tienes que ser honesto contigo y con tus
empleados y deshacerte de los que no lo están haciendo bien. Te sentirás más
aliviado cuando lo hagas.
3. Fíjate algunas metas para
los próximos 10 o 30 años
Todos estamos consumidos por nuestros calendarios y listas
de cosas por hacer. A veces, hacemos planes y pensamos en lo que va a pasar
durante los próximos 12 meses o 2 años. Pero ¿y dentro de diez años? ¿Cómo
tendría que ser tu empresa en 20 o 30 años, para seguir siendo el mejor lugar del
mundo en el que trabajar? ¿Qué tendría que cambiar? Cuando tengas una imagen
más clara de lo que debe suceder a largo plazo, qué hacer ahora, se vuelve
mucho más claro.
4. Recarga energías para la
inspiración
Los emprendedores son personas creativas. Esta creatividad
necesita alimentarse. Lee libros, visita galerías de arte, echa un vistazo a
algunas frases célebres o navega por algunos blogs buscando la inspiración. Es
muy fácil atraparse en la gestión del día a día, y a veces es necesario
repostar y alimentar a la parte creativa de tu cerebro.
5. No trates de cumplir con las
expectativas
Hay muchas expectativas puestas en los emprendedores. Tus
empleados, socios e inversores esperan que hagas ciertas cosas y actúes de
cierta manera. Recuerdo cuando vendí mi compañía a una gran empresa de
telecomunicaciones y me pidieron que me quedara como gerente. Intenté imitar a
gerentes que conocía e incluso leí un par de libros sobre el tema. Intenté
estar a la altura de las expectativas, y en 6 meses, ya estaba quemado.
En retrospectiva, me di cuenta de que me pidieron que
ocupara ese cargo, porque era diferente al resto de gerentes que habían
contratado. Como emprendedor eres único, y tienes la opción de construir tu
empresa de la forma que tu creas más conveniente. Esa singularidad será la
encargada de lanzar o destruir tu empresa. No vayas en contra de tus propias
creencias y ser como los demás.
6. Di que no más a menudo
Muchos emprendedores son amables. Sobresalen a la hora de
formar un equipo, ganarles el corazón a los clientes y vender sus sueños a
inversores. Estos no suelen ser los más agresivos. Una manera de sobrecargarse
y hacer la vida más difícil es decir que sí con demasiada frecuencia. Tienes
que ser más estricto y honesto cuando la gente te pida favores. La gente pide
favores y parte de tu tiempo y por lo general es más fácil decir sí que no.
Pero todo el mundo apreciará que digas “Lo siento, pero mi empresa está
creciendo tan rápido que necesita toda mi atención”. Lo curioso es que por lo
general, esa frase es totalmente verdadera. Tu atención debe estar en tu
compañía.
7. No te sientas culpable por
no trabajar
La mayoría de emprendedores que conozco, trabajan todos
los días de la semana. Incluso cuando no estamos trabajando, seguimos pensando
en el trabajo. Y eso está bien. No trates de evitarlo. Si estás inspirado o
preocupado, eso ayuda a empezar a soñar y reflexionar sobre temas. Te encanta
lo que haces y no tienes porque avergonzarte. Pero tampoco puedes sentirte
culpable cuando te cojas un día libre. Trabajas más duro que nadie, por menos
dinero que la mayoría de la gente, así que si quieres irte y relajarte durante
unas horas, hazlo. Uno de las cosas buenas de ser emprendedor es que puedes
programarte tu propia agenda, así que aprovéchalo.
8. Aprende a vivir en el caos
La primera conferencia que organizamos, en 2006, daba la
sensación de ser una gran lío. Las últimas 48 horas, parecían el caos total.
Está claro que el público no lo veía de esa manera, y tampoco los ponentes.
Acabábamos de darlo todo por finalizado cuando le dije a Patrick “No puedo
esperar a que llegue el evento del año que viene para poner en práctica todas
las lecciones que hemos aprendido”. Y por supuesto que la conferencia del
siguiente año continuó pareciendo igual de caótica. La semana pasada,
celebramos el octavo evento en Amsterdam, y todo salió sin problemas. Por lo
menos, así lo parecía. Ya he aprendido que mi sentimiento de pánico y caos es
parte del trato. Hemos aprendido a vivir con el caos y con seguir siendo
profesionales, independientemente de las circunstancias. Una vez aceptado el
hecho de que los problemas, el caos y la crisis son parte de ser emprendedor,
puedes dejar de luchar en contra todo ello.
9. No intentes ser perfecto
Woody Allen dijo la famosa frase “El 90% del éxito se
alcanza sólo con aparecer” y en Facebook, un dicho común es el de “Hecho es
mejor que perfecto.” Ahora, son muchos los emprendedores que señalan a Apple o
Steve Jobs y dicen: “Sí, pero quiero que sea perfecto, como Apple”. Eso está
bien, pero es poco realista. El primer ordenador de Apple fue una placa de
circuito pegada a una caja de madera. No era perfecto, pero estaba hecho. La
búsqueda de la perfección está bien, pero ese esfuerzo adicional, puede acabar
contigo. Intenta hacer el mejor trabajo posible, y busca el “tan perfecto como
razonable”.
10. Tienes que saber cuándo hay
que abandonar
Una de las partes más difíciles de ser emprendedor es
saber cuándo parar. Es algo perfectamente comprensible, cuando una de las
cualidades que también se necesitan para tener éxito es saber cuándo ser
persistente. Por desgracia, hay una línea muy delgada entre la obstinación y la
persistencia. Rodéate de gente en la que puedas confiar y pedirles consejos. Si
son muchas las personas que te advierten que te estás pasando, cógete un
descanso y toma un poco de distancia y valora si tienes que ir aún más lejos.
Conclusión
Ser emprendedor es una profesión impresionante. Es
emocionante inventar cosas, innovar las viejas ideas, llegar a tu público, dar
forma al futuro, trabajar con la gente que amas, y impulsar el crecimiento
económico. También puede ser frustrante, exigente, consumirlo todo y
representar un peaje en tu capacidad de ser feliz. Busca el equilibrio en tu
vida, disfrutando de lo que funciona y prestando atención a las malas señales.
De esa manera serás capaz de tener éxito y encontrar la felicidad.
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Via, Eureka-Startups